Llámala Hermana María Exuberante: Hermana Xiomara Méndez-Hernández, O.P.

¿Alguna vez tuviste un sobre nombre?

El día que me hice novicia una de las hermanas de mi comunidad sugirió que cambiase mi nombre al de “Hermana María Exuberante.” ¡Acepto y adopto mi “nuevo nombre!”

¿Qué fue lo que primero te atrajo a la vida religiosa?

Escuché a una hermana Dominica de Adrian que hablaba de una relación estrecha y personal con Dios, y sus palabras hicieron eco en mi corazón. Eso fue en 1994. Finalmente, conocí a otras hermanas de la misma comunidad que un día me invitaron a su casa.

¿Qué aspectos de sus vidas se destacaban?

Tenían pasión y amaban la verdad; deseaban compartir la buena nueva del evangelio no solo con palabras sino a través de sus vidas. Me mostraron la verdadera pobreza de mi país, y fue una dura realidad. Me encantó cómo trabajaban con los vulnerables y desposeídos.

Cuéntanos sobre tu ministerio actual.

Como capellán de hospital en Las Vegas, Nevada, veo que cada hospitalización es una crisis de significado. Mi tarea principal es escuchar, ofrecer la compasiva y amorosa presencia de Dios a aquellos que sufren. Cada encuentro es sagrado, y me siento honrada y privilegiada al estar presente con la gente de esta manera.

¿Tu manera favorita de rezar?

Muy temprano en la mañana cuando me despierto, me quedo silenciosa y quieta para saludar a Dios en el nuevo día.

¿Cuál es la mayor diversión que has tenido con tu comunidad?

Los Dominicos son bien conocidos por ser alegres, y en cada actividad importante que tenemos en nuestra comunidad o con otras congregaciones de Dominicos, nos encanta bailar. ¡Nos lo tomamos “muy seriamente”!

¿Tienes un santo favorito?

Estoy fascinada con Santa Rosa de Lima, la primera santa del continente Americano.